Rev Esp Endocrinol Pediatr

Rev Esp Endocrinol Pediatr 2012;3 Suppl(1):7-9 | Doi. 10.3266/RevEspEndocrinolPediatr.pre2012.Apr.122
“Saber para prevenir”

Sent for review: 19 Apr. 2012 | Accepted: 19 Apr. 2012  | Published: 30 Apr. 2012
Federico Mayor Zaragoza
Presidente de la Fundación Cultura de Paz. Ex director general de la Unesco. Madrid
Correspondence:Federico Mayor Zaragoza, Presidente de la Fundación Cultura de Paz. Ex director general de la Unesco, Madrid
E-mail: recepcion@fund-culturadepaz.org

“Cada niño es toda la humanidad”.

 

  • Los niños, la gran responsabilidad inter-generacional

Es obvio. El por-venir, que está por-hacer, depende de la calidad de vida de las generaciones venideras.  Por ello, los Derechos Humanos se han aplicado de manera específica a la infancia y, en el año 1989, todos los Estados del mundo suscribieron el compromiso supremo de atención particular a los futuros habitantes de la Tierra.  Si debiera elegirse el desafío más importante que debemos acometer, no cabe duda de que el bienestar de los niños sería siempre el seleccionado, el que merece mayor dedicación y esfuerzos en esta capacidad distintiva y desmesurada de la especie humana para descubrir, inventar, imaginar y diseñar escenarios de futuro.

Por todo ello, la Convención sobre los Derechos del Niño recibió el respaldo general que merecía a escala planetaria. Sólo una excepción: los Estados Unidos de Norteamérica, que en 1989 ya soñaban, con el Reino Unido y los 4 o 5 países más ricos del mundo, la hegemonía globalizadora.  Pero volverán pronto a los cauces que, con tan gravísimas consecuencias, desbordaron sus  ambiciones de dominio.

 

  • La salud y la educación son los principales pilares que la atención de la infancia requiere en todo el mundo

No cabe duda de que, en el campo de la salud, la relevancia especial de la investigación pediátrica es reconocida en todo el mundo. Qué factores condicionan la salud en  las diversas etapas del desarrollo infantil;  cómo pueden restablecerse las disfunciones patológicas; qué medidas pueden adoptarse de índole preventiva…  Si alguna especialidad médica atrae la atención y simpatía generalizada,  es lógicamente la que más tiene que ver con el futuro de la humanidad en su conjunto.

 

  • Infancia a escala mundial

Nos referimos con excesiva frecuencia a Occidente, a la salud, en todos sus grados, en el barrio próspero de la “aldea global”… que no llega a albergar al 20% de los habitantes del planeta.  Por eso es importante recordar en esta reunión, de tan hondo calado, los problemas generales y específicos de la infancia en Occidente y países más desarrollados, pero también en Asia, África, América Latina…

En todas partes hay aportaciones que realizar,  algunas de ellas muy urgentes, pero también lecciones que aprender. Durante siglos son muchos los países que  han tenido que superar sus problemas con los medios y remedios a su alcance, con un auténtico derroche de imaginación y experiencia.

 

  • Cambios radicales en los albores de siglo y de milenio

Es intolerable éticamente que sólo el 20% de la humanidad disponga de los bienes materiales y progresos científicos y técnicos que les permiten hacer frente a las mayores amenazas sanitarias. Especialmente en los países más menesterosos, con un gradiente progresivo de precariedades éticamente inadmisibles en un mundo que, en estos momentos, invierte más de 4.000 millones de dólares al día en armas y gastos militares cuando mueren  de inanición unas 70.000 personas al día, entre ellas 35.000 niños de edades entre 1 y 5 años.

Lo primero es la seguridad humana, de la humanidad en su conjunto, y no de unos cuantos poderes absolutos encaramados en sus torres de marfil, desoyendo el clamor popular que desde hace siglos reclama igual dignidad humana.

El primer paso es el desarme.  El segundo, es la aplicación de buena parte de los medios financieros y técnicos al estudio fisiopatológico, al diagnóstico certero y rápido, al tratamiento.

 

  • Cada ser humano es único, irrepetible y está dotado de la capacidad desmesurada de crear

La creatividad, la capacidad de vencer lo aparentemente inexorable es nuestra esperanza  y no debe ser denegada a ningún ser humano, a ningún niño.

Esta es la gran premisa, la gran convicción que todos debemos compartir en un Congreso de estas características.

 

  • Derecho a la vida y a la calidad de vida

Hablamos en exceso del derecho a la vida, despreocupándonos de si la existencia humana tendrá después las condiciones mínimas propias de su identidad exclusiva.  Por ello, es un deber ineludible asegurar, desde el primer momento, antes y durante la gestación y en el nacimiento, la calidad de vida que el conocimiento disponible permite.

Para la calidad de vida que es lo que realmente debe movilizar a todos los ciudadanos, pueden establecerse las siguientes prioridades:

. Nutrición: producción de alimentos (agricultura, acuicultura, biotecnología) y su adecuada distribución, de tal manera que se garantice a todos los seres humanos sin excepción el debido acceso a los nutrientes mínimos necesarios.

. Acceso al agua potable: embalses, distribución, reciclaje, producción, adecuada utilización… con el fin de que ningún ser humano, y sobre todo los niños, carezcan de agua, fuente de vida.  Es una indescriptible vergüenza colectiva que más de 1.000 millones de personas tengan, frente al despilfarro de un reducido porcentaje de ciudadanos del mundo,  que superar adversas circunstancias cotidianas para lograr unos litros de agua “sana”.

. Salud: profundo conocimiento de la fisiopatología en las diferentes etapas del desarrollo humano, con acceso generalizado a los progresos alcanzados, tanto de  diagnóstico (incluidos los más modernos de introspección física) y tratamientos.

. Medio ambiente: constituye una enorme irresponsabilidad que la especulación, la deslocalización productiva, las primas de riesgo… de la parte más privilegiada de la Tierra estén ocultando el deterioro progresivo del medio ambiente.  Pasaría a la historia como una de la más incomprensible abdicación de responsabilidades.

. Educación: la educación debe ser accesible a todos los habitantes de la Tierra, en todas las edades.  Como en el programa puesto en marcha en la UNESCO en 1990, “Educación para todos a lo largo de toda la vida”.  Educación para dirigir con sentido la propia vida.  Educación para actuar según las propias reflexiones personales y nunca al dictado de nadie.  Educación para no ser espectadores ni testigos impasibles sino actores de nuestra propia vida.  De esta educación dependen, en último término, los cambios radicales que se avecinan.

. Paz: la sustitución de una cultura secular de imposición, dominio y guerra por una cultura de diálogo, conciliación y paz constituye la máxima garantía de igual dignidad para todos los seres humanos y marcaría el punto de inflexión radical para un “nuevo comienzo” en el tercer milenio.

 

  • Saber para prevenir

La anticipación es una de las cualidades más importantes de la especie humana.  Nos permite prevenir aquellas situaciones que sabemos lesivas.  Aunque invisibles -lo que plantea graves problemas de percepción social- constituyen la gran victoria.  La prevención debe realizarse  a escala pre-conceptiva, pre-natal y post-natal, según lo permitan los conocimientos adquiridos.

Las enfermedades pueden ser genéticas o adquiridas y muchas de ellas constituyen las llamadas patologías infrecuentes, uno de los retos más importantes de la sanidad mundial.  Y es que en salud no existen estadísticas: la vida no se vive más que una vez y no es consuelo saber que se trata de alteraciones enormemente restringidas.

La salud es  esencial en el derecho humano a la vida, ya que permite el ejercicio de todos los demás derechos.  Es en este tipo de alteraciones y de conocimientos en donde deberían realizarse grandes inversiones para asegurar a todos los ciudadanos, en el mayor grado posible, un estado de bienestar razonable.

Con la Doctora Magdalena Ugarte iniciamos hace muchos años la “detección precoz de alteraciones metabólicas que cursan con grave deterioro mental después del nacimiento”.  A ella y a todos los Pediatras, especialistas, algunos de ellos aquí presentes y distinguidos, quiero expresarles mi reconocimiento en nombre de todas aquellas personas -niños ayer y hoy, familiares- que disfrutan actualmente de una vida “normal”.

Es necesario, a estos efectos, tener en cuenta lo que a mí me gusta denominar “la ética del tiempo”: cuando existen posibilidades de no retorno por tratarse de procesos potencialmente irreversibles, debe actuarse sin demora.  Por eso escribí hace años “Mañana siempre es tarde”.

La precisión y la rapidez en el diagnóstico son razones principales de un enorme progreso de la Medicina en las últimas décadas, porque permiten aplicar a tiempo el tratamiento más adecuado.

 

  • La endocrinología pediátrica

Aborda uno de los aspectos más importantes de la interconexión a escala molecular en el cuerpo humano y constituye, por tanto, uno de los fundamentos principales del progreso científico y clínico.

Tener en cuenta  a todos los niños del mundo marcará el principio de una nueva era, ya no lejana.  La implicación ciudadana ya no permitirá que sean unos cuantos plutócratas los que marquen las pautas del comportamiento global.

 

Quiero terminar con dos frases de mi maestro Häns Krebs: cada aportación a la mejor capacidad predictiva “merece una cálida bienvenida, porque contribuye a la razón de ser de la ciencia que es evitar o mitigar el sufrimiento humano”.  Y para conseguirlo, añadía: “Los científicos debemos ejercitar el pensamiento: investigar es ver las cosas de otro modo, ver lo que otros ven y pensar lo que nadie ha pensado”.

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