Rev Esp Endocrinol Pediatr

Rev Esp Endocrinol Pediatr 2016;7(1):31-37 | Doi. 10.3266/RevEspEndocrinolPediatr.pre2016.Jul.216
Infusores subcutáneos continuos de insulina: resultados a medio plazo en un grupo de pacientes con diabetes mellitus tipo 1
Continuos subcutaneous insulin infusion: results after 3 years of follow up in type 1 diabetic patients

Sent for review: 18 Mar. 2014 | Accepted: 13 Jul. 2016  | Published: 15 Jul. 2016
Anunciación Beisti Ortego1, Mercedes Rodríguez Rigual2, Marta Ferrer Lozano2, Jose Ignacio Perales Martínez3, Sonia Abió Albero4, Graciela Lou Francés2
1Servicio de Pediatría. Fundación Hospital Calahorra. Zaragoza
2Unidad de Diabetes. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza
3Servicio de Pediatría. Hospital Barbastro. Zaragoza
4Servicio de Pediatría. Hospital San Jorge. Huesca
Correspondence:Anunciación Beisti Ortego, Servicio de Pediatría, Fundación Hospital Calahorra, Jose maría Contín, 41, 50100, Zaragoza
E-mail: abeistiortego@gmail.com
E-mail: nuna_85@hotmail.com
Tabla 1 - Evolución de los parámetros de la terapia y el control metabólico a lo largo del estudio
Tabla 2 - Resumen estudios comparativos MDI-ISCI
Figura 1 - Comparación de la HBA1c% media, en función del número de bolos diarios
Resumen

Introducción: El tratamiento intensivo con insulina es de elección en la diabetes mellitus tipo 1. En los últimos años se ha incrementado la implantación de dispositivos de infusión subcutánea continua de insulina (ISCI) en pacientes pediátricos como alternativa a la pauta de múltiples dosis de insulina. Objetivo: Analizar la eficacia del tratamiento con ISCI en un grupo de pacientes pediátricos en cuanto a disminución de la HbA1c. Evaluación antropométrica de los pacinetes al cambiar de régimen de múltiples dosis de insulina (MDI) a ISCI. Analizar el nivel de satisfacción con el uso de ISCI. Pacientes y Métodos: Estudio descriptivo del año previo, y los primeros 3 años posteriores al inicio de ISCI de 35 pacientes menores de 18 años. Resultados: La media de edad al implante de ISCI fue de 11,14 años (34,3% prepúberes). Con el paso de MDI a ISCI objetivamos una reducción en los requerimientos de insulina (MDI 1,05 UI/kg/día; primer año 0,76 UI/Kg/día, segundo 0,77 UI/Kg/día), una reducción de la insulina administrada como basal  (MDI 58%; ISCI 43-46%), un aumento del número bolos/día (MDI 3,79; ISCI 4,4-5,2), y una relación inversamente proporcional entre el número de bolos y la HbA1c (p= 0,002). Se consideraron “respondedores” a los pacientes que con el uso de ISCI presentaron HbA1c < 7,5% o una disminución de HbA1 ≥ 10% respecto al año previo. Según estos criterios, el 47% fueron respondedores a los 6 meses del cambio, el 48,3% a los 12 meses, el 28% a los 24 meses, y el 31,2%a los tres años. Se produjo un aumento no significativo del IMC los 2 primeros años tras el inicio de ISCI, (de un -0,14 de desviaciones estándar del IMC a un + 0,12 DE el primer año, y +0,15 DE el segundo). No se observó una reducción significativa en las cifras de HbA1c. El 86,3% de los pacientes mamifestaron un alto grado de satisfacción con la terapia. Conclusiones: La disminución de la HbA1c inducida por un mayor número de bolus/día, justifica a nuestro entender el uso de ISCI, pues ésta facilita aumentar el número de bolos al día, por evitar inyecciones. Es importante estimular al nuevo portador de ISCI en el incremento del número de bolos (relacionado con el número de glucemias). La mayoría de los pacientes se encontraron satisfechos con el cambio a ISCI.

Abstract

Introduction: There are many different therapy modalities for type 1 diabetes mellitus. The continuous subcutaneous insulin infusion (CSII) is nowadays the most physiological option of treatment for these patients. Objective: To assess the impact on therapy parameters, to evaluate metabolic and anthropometric outcomes after switching from multiple daily injections (MDI ) to CSII and patients' satisfaction with the use of these devices. Patients and Methods: This is a descriptive study of the first three years on CSII compared with the year before to the switch, of 35 patients under 18 years of age. We assessed the degree of satisfaction through a 5 item survey. Results: The mean age at implantation of CSII was 11.14 years (34.3 % were prepubertal). The dose of insulin was reduced (MDI 1.05 U/kg/day, 6 months of CSII 0.8 U/kg/day, first year 0.76 U/kg/day, second 0.77 U/kg/day), with lower percentage of basal insulin (MDI 58 %; ISCI 43-46 %), increased number of bolus per day (MDI 3.79, CSII 4.4-5.2). Considering these parameters together, we found lower HbA1c related to more bolus per day (p=0.002). Mean HbA1c while on MDI was 7.83 %, and 7.86% at the first year of CSII, 7.95% on the second and 7.98% on the third year of follow-up, with no significant differences. We considered as "responders" to CSII, patients who had HbA1c < 7.5 % or an HbA1c reduction of at least 10% from the previous year: The first 6 months we found a 47% of "responders", and a 48.3 % , 28% and 31.2% on the first, second and third years of follow-up respectively. There was a non-significant increase in BMI for the first 2 years after the start of CSII (mean BMI SDs went from –0.14, to +0.12 on the first year, 0.15 on the second). 86.3 % of patients were satisfied with CSII treatment. Conclusions: The fact that the increase in bolus decreases HbA1c advocates for the use of CSII. Therefore, is important to encourage the new user of ISCI in increasing the number of daily bolus (related to blood sugar levels). In addition, the high satisfaction showed by the patients also supports CSII treatment.

Palabras clave: infusor subcutáneo continuo de insulina, diabetes mellitus tipo 1, infancia Key Words: continuous subcutaneous insulin infusion, mellitus type 1 diabetes, childhood

Introducción

La diabetes mellitus tipo 1 (DM1) es la endocrinopatía más frecuente en la infancia y adolescencia, con una incidencia en la comunidad de Aragón de 17,9/100.000 habitantes/año, en menores de 15 años1.

La administración de insulina exógena es actualmente el único tratamiento posible. El objetivo y principal dificultad de este tratamiento es asemejar los niveles de insulina a los fisiológicos y adaptarlos a las necesidades del paciente en cada momento del día, para optimizar los niveles de glucemia.

El "Diabetes Control and Complication Trial" (DCCT)2 documenta la importancia del tratamiento intensivo de la DM1 para conseguir un control glucémico óptimo y con ello, mejores niveles de HbA1c. Este y otros estudios posteriores apoyan la necesidad de implantarlo desde el inicio de la enfermedad, pues ha demostrado más eficacia que el tratamiento convencional (combinación de NPH e insulina regular)3-6. El tratamiento intensivo consiste en la administración de múltiples dosis de insulina unida a un autocontrol glucémico estrecho mediante la realización frecuente de glucemias capilares. Los dos principales regímenes intensivos de tratamiento en la diabetes mellitus tipo 1 son la terapia de múltiples dosis de insulina (MDI) y la infusión subcutánea continua de insulina (ISCI) o bomba de insulina. Este régimen intensivo unido a una terapia nutricional adecuada y a la práctica de ejercicio físico regular constituyen los pilares del tratamiento en la DM1.

La terapia con ISCI se conoce desde hace más de 25 años pero su uso en la edad pediátrica de forma rutinaria es relativamente reciente debido a la mejora tecnológica de los dispositivos7, y ya se han publicado diferentes documentos de consenso para su indicación en la edad pediátrica8,9. En muchas ocasiones son las familias o el paciente quienes solicitan el cambio a ISCI, puesto que supone una importante reducción del número de inyecciones diarias y además, utilizando la ratio insulina/carbohidratos, permite mayor flexibilidad en las comidas. Además, favorece la socialización del niño o adolescente, viendo por tanto una posibilidad de mejora de su calidad de vida con el cambio a ISCI.

Aunque la utilización de sensores de glucosa potenciando a la ISCI se encuentra en pleno desarrollo, en la actualidad, la ISCI todavía no incorpora un sistema cerrado fiable de actuación en función de los niveles de glucemia. Así pues, el éxito de la terapia ISCI en cuanto a mejoría metabólica, reside principalmente en la medición de forma frecuente de la glucemia y el reajuste por parte del paciente o sus padres de la dosis de insulina a administrar, al igual que con la terapia MDI.

 

Objetivo

El objetivo de este estudio es describir los resultados obtenidos con el uso de ISCI en la población pediátrica de Aragón e investigar si en nuestra población el uso de ISCI en la edad pediátrica logra disminuir la HbA1c y si ha supuesto un avance en la satisfacción del tratamiento de nuestros pacientes, con el fin de mejorar en la indicación de su implantación y su adecuada utilización.

 

Pacientes y métodos

Estudio descriptivo retrospectivo de 35 pacientes diagnosticados de diabetes mellitus tipo 1 (según criterios de la ISPAD 200910), en seguimiento en una unidad de endocrinología pediátrica de un hospital de tercer nivel. Las variables recogidas fueron: sexo, estadío puberal según Tanner11, edad al inicio DM1, años de evolución y de utilización de ISCI. Se analizaron las dosis de insulina (UI/Kg/día), porcentaje basal/bolos, número de bolos/día, cambios de catéter/semana, el IMC expresado en desviación estándar de la media para la edad y sexo según las tablas del centro Andrea Prader12 y el % de HbA1c en forma de media del año previo al inicio de la bomba de insulina (I), la correspondiente al uso de MDI, 6 primeros meses (6m), primer (1a), segundo (2a) y tercer año (3a) de utilización de ISCI. Los pacientes contestaron una encuesta con 5 ítems acerca de la comodidad, dificultad, y conformidad con su uso en comparación a la terapia MDI.

 

Resultados

Se analizaron de manera retrospectiva 35 pacientes, edad media 11,14 ± 4,56 años, (60% niñas), siendo prepúberes el 34,3%, portadores de ISCI durante un tiempo mayor a un año. La media de edad al diagnóstico de DM1 fue de 5,31 años con 5,77 ± 4,26 años de evolución de DM1 al inicio de ISCI. 

Los motivos de cambio de MDI a ISCI fueron los siguientes: El 51,4% fueron pacientes con aceptable/buen control en los que se consensó el cambio, el 20% fue por mal control debido a labilidad glucémica, el 17,1%, por mal control por mal cumplimiento, y con menos frecuencia, por demanda familiar en el 11,4% restante.

Se observaron diferencias significativas con el sistema de ISCI respecto al tratamiento previo con MDI en cuanto a: Utilización de menor dosis de insulina, mayor porcentaje de insulina en forma de bolos y la administración de un mayor número de bolos al día. El primer año de uso de ISCI encontramos cierta tendencia a la mejoría metabólica que no llega a ser significativa, pero posteriormente no se observa ningún cambio con respecto al uso de MDI ni en el segundo, ni en el tercer año de ISCI (tabla 1).

Se consideraron “respondedores” a los pacientes que con el uso de ISCI presentaron HbA1c < 7,5% o una disminución de al menos un 10% de su HbA1c respecto al año previo. Así, los primeros 6 meses obtuvimos un 47% de  “respondedores”, el primer año un 48,3%, el segundo año un 28% y el tercer año un 31,2%.

Se analizó la correlación entre la frecuencia de cambio de catéter (media de 2,07 veces/semana) y el control metabólico (HbA1c media 7,79%), la dosis de insulina y la mejora metabólica, sin que encontrasemos diferencias significativas (p= 0,1).

Al analizar el número de bolos/día en los diferentes controles de seguimiento cada 3 meses tanto con ISCI como con MDI, encontramos que la media de bolos/día fue de 4,59 ± 1,38 y la de HbA1c de 7,8 ± 0,93%, evidenciándose una correlación negativa (rho: -0,32, p=0,002), entre el número de bolos y el control metabólico en forma de HbA1c, independientemente de la modalidad de tratamiento. Se subdividieron los controles de seguimiento en dos grupos, en función del número de bolos administrados/día: grupo 1: ≤ 4 bolus/día; grupo 2: > 4 bolus/día, obteniendo el grupo 2 menores cifras de HbA1c tanto en terapia MDI, como en ISCI, como globalmente (p=0,016) como en los controles de ISCI aisladamente (p:0,013) (Figura 1).

Con el fin de evaluar el grado de satisfacción de nuestros pacientes con el uso de ISCI, se realizó una sencilla encuesta de tan solo 5 items, con una participación del 62% de la muestra: Todos los pacientes se encontraban cómodos y contentos con el uso de ISCI, la mayoría (81,8%) veía menos difícil el manejo de su diabetes con ISCI frente a la terapia con MDI, aunque 3 pacientes querrían volver a la terapia con múltiples dosis de insulina (una de las cuales, de hecho ya había vuelto a MDI). En cuanto a los puntos negativos del uso de ISCI, 9 pacientes consideraron el autoanálisis como la parte más costosa del tratamiento, 4 de ellos consideraron el control dietético y en 8 casos se señalaron otras opciones como el cambio de catéter o la incomodidad del dispositivo para vestirse o nadar.

 

Discusión

La utilización de ISCI se ha demostrado segura y eficaz en pacientes pediátricos con DM1, pero existen resultados controvertidos en cuanto a su superioridad frente a la pauta MDI. Se han publicado datos contradictorios acerca de la mejora de HbA1c y de la frecuencia de aparición de complicaciones. El tipo de régimen insulínico utilizado parece tener relación con los resultados metabólicos, pero esta relación y la forma de medirlo resulta difícil.

En estudios observacionales realizados en niños y adolescentes, la ISCI parece obtener esultados metabólicos similares  o ligeramente mejores en cuanto a las cifras de HbA1c, disminuyendo, eso sí, los episodios de hipoglucemia y mejorando la calidad de vida de estos pacientes frente al régimen de múltiples dosis de insulina13,14. En niños prepúberes, algunos ensayos aleatorizados pequeños, de menos de un año de duración, comparando ISCI con MDI no encontraron mejoría metabólica15-17, mientras que otros como Levy-Shraga et al, sí logran una reducción de la HbA1c con ISCI en su estudio con 5 años de seguimiento18 y Mameli et al19 en un reciente estudio multicéntrico, observan también una mejoría mantenida, aunque curiosamente solo en varones, a los 7 primeros años de uso de ISCI. En la tabla 2 se muestra un resumen del análisis de los estudios hasta la fecha.

Debemos considerar que la mayoría de estudios publicados en población pediátrica son de corta duración y sólo muestran mejoría al comienzo del tratamiento con ISCI20, pudiendo posteriormente empeorar la adhesión al tratamiento, deteriorándose así el control metabólico, sobretodo en la adolescencia21-23. En nuestro estudio también objetivamos esta tendencia al empeoramiento metabólico en relación al tiempo de uso de ISCI, siendo los primeros 6 meses los de mayor reducción de HbA1c, siguiéndose de un leve empeoramiento posterior, aunque no significativo. Así pues, globalmente se describe una mejoría inicial al cambiar MDI a ISCI, pero hay que destacar que todos estos pacientes son reeducados al inicio del tratamiento y reciben una motivación que podría justificar por sí sola la mejoría de la hemoglobina. Independientemente del tipo de terapia, el autocontrol glucémico frecuente resulta crucial en la mejoría metabólica, siendo los pacientes con un control glucémico estrecho (glucometría ≥ 4 veces/día) los que obtienen HbA1c más baja24.

La ISCI parece lograr una reducción en los episodios de hipoglucemia grave25, sin embargo esta reducción no siempre ha resultado significativa en los diferentes estudios comparativos MDI-ISCI22,24,26. En cuanto a las variaciones somatométricas que pudieran darse en los pacientes que cambian a ISCI desde MDI, la mayoría de estudios no muestran un aumento significativo del IMC con el uso de ISCI, si bien en nuestro caso, observamos un incremento en los valores z score del IMC con ISCI respecto a régimen previo con MDI, encontrándose estos valores siempre dentro de la normalidad. Los cambios encontrados podrían ser debidos a que con la ISCI se logre un mejor aprovechamiento de los nutrientes ingeridos, aunque también podría este cambio estar condicionado por encontrarse la mayor parte de nuestros pacientes fase de desarrollo puberal.

La bibliografía muestra que la reducción media de la dosis total de insulina con ISCI se encuentra entre un 20-25% con respecto a las necesidades con MDI. Aproximadamente un 30-40% de la dosis total se administra en forma de basal en prepúberes y 40-50% en el caso de púberes, y el resto en forma de bolos27.  Nuestros pacientes también redujeron de forma significativa las dosis de insulina diarias con el cambio a ISCI, probablemente por la mejor biodisponibilidad de la insulina. La tasa basal/bolos al cambiar de MDI a ISCI se redujo desde un 1,41 al 0,77-1,02 (dependiendo de los años de evolución de uso de ISCI), utilizando por tanto, mayores porcentajes de insulina en forma de bolos que en forma basal con el uso de ISCI. Danne et al28 recogen datos de bombas de insulina de 1041 pacientes menores de 18 años, de 16 países europeos. En su estudio muestran mejores resultados metabólicos en pacientes prescolares y preadolescentes respecto a adolescentes, y al igual que en nuestro estudio, observan una correlación indirecta significativa entre el número de bolos diarios y los resultados de HbA1c, una menor proporción de insulina basal y más bolos, sin encontrar una correlación entre la dosis insulínica y la HbA1c. A la par de lo comentado anteriormente, también encontraban peores resultados metabólicos (HbA1c) a partir del año y medio de uso de ISCI.

En cuanto al impacto en la calidad de vida del paciente, parece existir unanimidad en cuanto a su mejora con el régimen ISCI en diferentes estudios al respecto, pero debemos tener en cuenta que resulta difícil medirla de manera objetiva, sobre todo en los pacientes pediátricos. El ensayo publicado por Fox et al15 mostraba una mejoría en los test de calidad de vida en los padres relacionados con la diabetes tras el inicio de la bomba, aunque las madres mostraban mayor estrés con el uso de ISCI; no obstante, todos decidieron continuar con ISCI tras finalizar el ensayo, lo que a juicio de los autores, sugiere un mayor grado de satisfacción con ISCI frente a las MDI. Al igual de lo observado en nuestro estudio, las series publicadas de niños de todas las edades coinciden en buenos resultados en cuanto a satisfacción de los pacientes y/o padres con el uso de ISCI23,29,30. Si bien nuestros resultados son limitados, por el escaso número de encuestas, y que el diseño de ésta no sea estandrizado, pero los resultados van en la misma dirección de la literatura científica.

En España no hay muchos estudios publicados acerca del uso de bomba de insulina en la edad pediátrica. Debemos destacar un trabajo realizado en Madrid que analiza los datos de 90 pacientes diabéticos durante el primer año de terapia ISCI, seguidos en algunos casos hasta 8 años27. Al año de haber iniciado la terapia ISCI, el 96% de los niños presentaban HbA1c < 7,5% (que posteriormente se mantuvo estable), y se objetivó una mayor mejoría en los que presentaban niveles de HbA1c más altos al inicio. Manifiestan también una disminución en el número de episodios de hipoglucemia grave y los pacientes refirieron mejoría en su calidad de vida fundamentalmente gracias a la flexibilidad horaria que les concede la ISCI.

Un considerable número de endocrinólogos pediátricos experimentados han aportado información suficiente para establecer la ISCI como una opción viable para una selección de pacientes pediátricos sin importar la edad. Los estudios prospectivos controlados mejorarán nuestra comprensión de la relación riesgo-coste-beneficio de la terapia con bomba de insulina en niños con diabetes tipo 1. El futuro de ISCI no obstante, reside en la capacidad de monitorizar de forma continua los niveles de glucemia y administrar de forma concomitante insulina acorde a estos niveles de forma automática, reduciendo así al máximo el número de inyecciones y mejorando el control metabólico.

 

Conclusiones

En nuestro estudio, la mayor parte de los niños que cambian de MDI a ISCI se encuentran más satisfechos con esta segunda terapia, aunque el control metabólico (en cuanto a las cifras de HbA1c se refiere), no mejore significativamente. 

El principal factor que logra una reducción de las cifras de HbA1c es el número de bolos diarios, alcanzándose una mayor reducción en los niveles de HbA1c con un mayor número de bolos al día.

La terapia ISCI podría facilitar la administración de un mayor número de bolos, pues con ISCI esto no significaría un mayor número de inyecciones, pero debemos estimular a los pacientes con ISCI y a sus cuidadores a administrar este mayor número de bolos.

 

Conflictos de interés

Los autores declaran que no tienen Conflictos de Interés Potenciales.

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